COMO TE DIGO UNA COSA, TE DIGO LA OTRA
Grandes meditaciones de subterraneo
Los hombres que indefectiblemente han de abandonarnos:
* No usarán nunca el popularísimo desodorante AXE.
* Portarán orgullosos un dudosísimo gusto musical.
* No escribirán cartas ni agasajarán con obsequios perennes.
* Serán odiados desde el minuto cero por todos nuestros allegados (y estos ultimos no dudaran en hacérnoslo saber en todo momento)
* Nos cambiarán por un dudoso especimen.
* Volverán, claro, al pie del cañón cuando paseemos a nuestro nuevo tipito por Libertador.
Seremos así, inmesamente felices.
Alcemos las copas, amigas.
Y bebamos para olvidar.