Thursday, November 26, 2009

MUCHAS GRACIAS POR AHUECAR TU CASA

muchas gracias por ahuecar tu casa
y hacerle un rincón tibio al perro flaco
que soy por este tiempo medio opaco
y gracias por la ronda de la taza
temprana de café por la guarida
secreta perfumada de tu pelo
donde hundo la tristeza que da el cielo
celeste despiadado y por tu vida
hermosa de perfil fumando oscura
la brasa que ilumina las pitadas
las cosas que dijimos susurradas
los besos y mi mano y tu cintura
y espero que muy pronto se repita
la noche que dormimos cucharita


Ramón Paz, tenía que ser.

Monday, November 09, 2009

OH, SO

Era tan pobre, que a la noche, hurgaba en el lugarcito ese del lavarropas que hay que abrir con un destornillador (eso tenía porque mi abuelo me había regalado la mejor caja de herramientas del mundo. Hasta un serrucho gigante tenía, envuelto en un diario, y un frasquito lleno de clavos y tachas y esas cosas), ese lugar del lavarropas en el que se juntan todas las pequeñas cosas que te olvidaste de sacar de los bolsillos de la ropa que echás a diestra y siniestra dentro del aparato ese tan pero tan feliz y que si tenés suerte, como yo esperaba tener en esos momentos, alberga unas cuantas monedas.
Tan pero tan pobre, que si aparecía una de un peso, gritaba de alegría. Y partía a comprar unos Phillip Morris 10.

Era tan pobre que la felicidad era tener un jabón Palmolive de leche y almendras, y saber que después de bañarme iba a oler así de rico. Y me olerme los brazos cada diez minutos.
La felicidad era tener shampoo Alberto Vo5 de fresias.
Era la claringrilla.
Era tan pobre, que la felicidad era la claringrilla con el cafecito.

Era tan pobre.
Y tan feliz