Thursday, April 07, 2011

CUÁNDO ES DESPUÉS?

- Usted es Salvador?

- Así, en general?- le pregunta mi abuelo- Bueno, todo depende, pero no, soy Luís.

- No, es que tengo un problema con el agua. Recién llegamos y a esta hora, tan temprano no hay plomeros. Y la vecina me dijo que a la vuelta vive Salvador, que me puede ayudar a reconectarla.

- Yo la puedo salvar igual.

Le arregló lo del agua y de paso, pispeó y notó que en la casa había una niña, más o menos de mi edad.

Yo pasaba unos días (muchos días) en la casa de verano con mis abus.
Esa mañana, a las 11, ya estaba camino a la playa con la del agua, su hija, y su hijito.

Hasta ahí, todo bien. Así, por default. Hay una niña de mi edad, nos haremos amigas.
Llegamos al mar y ambos niños dijeron “GUAU”.
Yo nunca había escuchado esa expresión. Poca TV, no sé, pero me resultó un disparate. Por qué ladran? Es acaso algún tipo de código interno? Una palabra clave?
Es, quizá, la palabra clave que anuncia peligro inminente.
Pero no, corrieron y se mojaron los pies.

Nos pasamos un buen rato recolectando caracoles, de esos que ya no se ven. Enormes, con un bicho muy grande y horrible adentro. Un asco total. Pero qué emoción encontrar muchos. Qué sé yo, como mil. Y al balde.

Ya, a la hora del almuerzo me empezó a resultar raro todo esto de la naturalidad por defecto.
Íbamos a almorzar ahí nomás. Sandwiches que había llevado la madre.
Por qué voy a almorzar con gente que acabo de conocer? Cómo hacen los sandwiches? De qué hablan mientras comen? Cómo se sientan? Y si son de fiambrín? Cómo la piloteo? Cómo se llama la madre? Ellos le dicen mamá nomás.
Cómo se llamaba mi amiga?

Siguió la tarde en la playa.
Juntamos más caracoles. Será por eso que ya no hay? Los habremos juntado todos?
Tomamos cocacola y nos pusieron nubevital.

En esa época, era inaceptable que te quedaras hasta muy tarde, así que a las 6 me estaban depositando en mi casa.

Que si me podían invitar a comer esa noche.
Qué sí, que sí.

No estaba tan mal.
Digo, comer con niños y eso.
Cambiar un poco. Aunque fuera sólo por eso.

No estaba mal, o no habría estado mal si no hubiera sido porque la cena eran los caracoles que habíamos recolectado durante el día.
Los habían guisado con arroz.
Arroz, con miles de bichos gigantes, sin sus casitas (que adornaban un estante del living), babosos y verdes.
Duros, gomosos y con gusto a pescado salvaje.
Muchos
Verdes
Duros
Y grandes

Qué gran confusión mi infancia.
Qué tremendo el sentimiento de no saber qué hacer.
De no saber las calles, ni cómo volver a mi casa
De tener la certeza de la dependencia.
Y el miedo por la dependencia
La desventaja permanente

Qué es caro?
Cuándo es después?
Cuánto falta?
Diez cuadras es lejos?
Pilar es en Argentina?

Estoy contenta, sí, pero no lo decidí. No es una elección. Es de inconciente nomás.
No sé qué hacer.
No sé qué es nada.

Ahora, estamos jugando?