Tuesday, December 30, 2008

LOVE IS A VERB

Entré en primer grado, así, normal.
No era ni cute, ni muy linda, ni rápida, ni nada.
Me sentaron con una que se llamaba Alicia que era aún más normal que yo (pero más linda).
La mamá la dejaba elegirse la ropa (la que se iba a comprar, no la que se iba a poner. Aunque a mí ni siquiera), y tenía el pelo más largo de lo que yo creí que un pelo podía crecer.
A mi cumpleaños de 6 vino con una remera de cebra (no con una cebrita ñoña, eh? no, DE cebra. Así, animal print) marrón y blanca y un short.
Mamá y Silvia la miraban horrorizadas, y a mí se me caía la baba sobre el punto smock.

Alicia era, además de todo, leal y buena onda.
Siempre jugaba conmigo en los recreos, me hablaba durante toda la clase y me regalaba el borratintas recién comprado.
Venía a casa y traía juguetes y siempre quería cambiarlos por una semana con los míos.

Un día de dije

"Alicia, soy tu mejor amiga."

La madre manda: "no Loli, no se dice así, se dice "sos mi mejor amiga""

Pensé que eso era una ridiculez.
Yo trataba de decirle, de transmitirle mi cariño.
Quería que supiera lo que yo sentía.
Y yo sentía que Alicia no podía tener una amiga más amiga que yo. Porque yo la quería más que ninguna.

Todo eso no se lo dije a la madre.
La miré con cara de ternero y por ahí le levanté un hombro casi imperceptiblemente.


Después de unos días, en el colegio, encontré en mi cuaderno una nota que decía "yo también".

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