Saturday, October 28, 2006

R. 10

Le regalan esta plantita.
La vida se la da, la pone en su camino. Una clara señal. Una más, que le dice que ésa es su misión.
Y responde. Acata como un cabo.
Igualita a un servidor.
Casi una enviada de Natura.

Agarra la plantita. Es un helechito!
Le pone Fluffy casi al instante. Es que lo sintió.
Yo te voy a curar.
Te voy a cuidar.
No como ellos, que te botaron sólo porque tenés pulgones.
No, como ellos no.
Ellos no saben de la vida que llevás dentro.
Así como te tenían a vos, Fluffy, tienen, no sé, un piano, como parte del mobiliario.
Desconocen el verdadero significado.
Ellos todo lo usan de adorno.
Pero yo no.
Yo te cuido, y en un par de días dejás de estar así, apestada.


Con cuánto amor toma esa plantita.
Hay que ver el cariño con el que la ubica estratégicamente casi en terapia intensiva.
En este rinconcito.
Yo te cuido, te curo, y ya no vas a estar apestada.


Otro sería el cuento.
TAN otro.
Sería
Si la peste fuera decorativa