H.H.-J.J.

Mirá, no tengo nada para decir.
Solo que ahora, a las 12:14 AM y con la ninia en la cama, las gatas deambulando a los gritos por falta de alimento (en el plato), el ninio moviéndose al ritmo del chocman que acabo de deglutir, el living calentito, el teclado en inglés, el jarrón inglés robado que dice mi papá que más o menos cuesta lo que un hígado sano, el edredón blanco a la espera (yo antes no decía "edredón". Ni "falleba"), ponele, soy bastante más feliz de lo que jamás hubiera pensado.

Y claro, si en su momento me hubiera detenido a pensar, a imaginar que la vida me depararía todo estito, me habría figurado una dicha así, de bailotear durante la ducha, de adrenalina total. Y no: es una paz que no te explico. Un remanso.

Prefiero así, men. Ya no estoy mas poco pretensiosa. Ahora soy.