Sunday, May 07, 2006

The Keys to the Kingdom

Que te dejen el nombre de usuario y contraseña de ¨Sepan Entender¨es más o menos que te den las llaves de la casa, que te dejen el bulo por unos días.
Me imagino entrando medio desconfiada, probando las llaves sin poder abrir y sentándome tímidamente en el living a leer un libro. (Porque acá se lee mucho). Por otro lado, tengo que cuidarme de no cruzarme con Mer que también tiene llaves y no quiero caer así de repente sin avisar y agarrarla en alguna situación media íntima, qué se yo, nunca se sabe.
Igual Loli me dijo que use todo con confianza así que en algún momento me voy tener que relajar y andar por la casa como se me cante (no en bolas porque está lleno de vecinos) pero cómoda, abrir la heladera, servirme una cerveza o la que me pinte. Aunque estar en una casa ajena sin los dueños siempre es medio raro.

Hace unos años salía con un chico que terminó teniendo las llaves de casa, yo a veces me iba más temprano y el se quedaba solo en casa hasta ir a su trabajo. Un día le pregunté si en mi ausencia no le daba por meterse a revisar mis cosas, abrir los cajones, todo desde cartas viejas, ropa interior y hasta las alacenas.
Puso una cara bastante similar a la que pondría alguien cuando le preguntás si disfruta de comer niñitos bengaleses en compota. No pudo creer que yo le dijese una cosa así, que siquiera se me hubiese ocurrido que el podría estar mínimamente interesado en hacer algo por el estilo y lo que para él era aún peor, llevarlo a cabo. Siguió un largo sermón sobre el respeto, la privacidad, la propiedad ajena y la cuarta enmienda.
- Bueno, pará che. Yo preguntaba nomás…ni se me ocurriría hacer algo así, te imaginarás. Era “un general wondering”…

Nunca se lo dije. Soñaba con que me dejara una tarde entera en su casa, abrir cada cajón y cajoncito, chusmear cada estante de cada biblioteca, revisar la heladera, el lavarropas y los roperos. No para encontrar las famosas cartas de la ex, no. Yo quiero ver los detalles chiquititos, los papeles donde anota lo que tiene que hacer, los garabatos que hace en un block mientras habla por teléfono, los libros que tiene apilados por la casa y los marcadores que usa para marcar las páginas, la mesa de luz y los inofensivos secretos que pueda guardar adentro.
Pero claro, nunca lo hice. Y fue solo porque me daría una verguenza terrible que me descubran más que otra cosa-como copiarse en el colegio- una cuestión más de represión cagona que moral.
Tengo la sensación que las minas somos más curiosas que los tipos, como los gatos. Bueno, y ya sabemos lo que que le pasó al gato por curioso.
Charlotte
pp Loli