EGO
Cuando me dijiste “qué lindo el living”, me imaginé noches de café y charla, de confianza y recaudos, de pasión y piel.
Pensé en sillones desordenados, en pilas de libros, en bibliotecas compartidas.
Me figuré una lista de temas, de canciones preferidas. Hasta pude oir las charlas, las carcajadas. Y creo haber escuchando algún que otro llanto.
Me vinieron a la mente cenas en el piso, de empanadas, de coca. Y la pila de cigarrillos, que nunca es lo suficientemente alta.
Vos dijiste “qué lindo el living”
Yo me hice cargo.
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