Saturday, July 03, 2004

Rayos del sol a la hora del sol

Sigo sin comprender si soy el ombligo del mundo o si fue todo una mentira.

Digo, mientras tanto, me dedico a otra cosa.
Miro para atrás. Fijo la vista en aquel punto lejano. Y entrecierro los ojos para que parezca acaso algo más.
Después abro la boca, pero poquito.
Y digo. Para reconocer el terreno. Para escuchar lo que no tengo que nombrar.

Y me retiro.
Tengo un uno.